Carta a mi hija cuando acabe el colegio(secundaria)

Querida hija, cuando acabes el colegio y te estés preparando para ingresar a la universidad lo que te quiero hacer saber es que no me importará si ingresas a la primera, a la segunda o a la tercera.Lo que realmente me importará es cómo te sientes, cómo manejas esa presión académica,presión social por la que pasamos todos alguna vez.
Quiero que sepas que tu papá y yo siempre te apoyaremos, aún cuando nadie confíe en qué tú puedes lograr tus sueños, nosotros jamás lo dudaremos.
Ingresar a la universidad es solamente el inicio de un largo proceso que finalmente culmina con la obtención del título universitario, pero ingresar es lo más fácil, mantenerse y egresar, aún más difícil es ejercer la carrera que elegiste.
Por esa y muchas razones más creo que no ingresar a la primera a la universidad no debe ser motivo para sentirse tan mal, no se acaba el mundo, es sólo una pequeña caída, y tú eres fuerte y valiente y sé que te levantarás y seguirás intentando, e intentando lograr tu objetivo.
Ingresar a la universidad querida hija es solo un paso más, si es que estás dispuesta a darlo, tal vez quieras estudiar en un instituto o hacer algo que tal vez en este momento ni siquiera lo tenga en mente o ni siquiera exista,pero para cuando tú tengas 16 años tal vez tú misma lo crees.
Quiero que sepas hija mía, que por sobre todas las cosas lo más importante es que te sientas bien, que sientas que nosotros tu familia siempre te acogeremos, siempre estaremos de tu lado y siempre lucharemos junto a tí cuando quieras alcanzar un sueño o una meta.El trabajo siempre es en equipo.
Hay chicos que postulan 5, 10 veces y no ingresan a pesar que llevan años preparándose, pero es el factor nervios el que hace que todo el conocimiento adquirido se nuble el mismo día del examen.
La idea es que llegues tranquila, relajada , segura, a ese examen, segura de lo que sabes, y si no lo pasas pues por algo será, lo evaluarás, lo evaluaremos y seguirás adelante, porque el mundo necesita guerreros y guerreras como tú, que persigan sus objetivos con convicción, con seguridad, con vehemencia, con alegría; y que no se desanimen al primer tropiezo, al contrario, esos tropiezos te harán más fuerte, más aguerrida, más humilde, porque necesitamos equivocarnos para aprender, necesitamos caernos para aprender a levantarnos, necesitamos cometer errores para poder carburar las mejores opciones de éxito posteriores, necesitamos sufrir, llorar para valorar cada cosa y persona que tenemos cerca.