Día de la Mujer: Abriendo camino.....
Hoy 08 de Marzo del 2012 puedo decir que aún me falta mucho camino por recorrer en la lucha por defender mis derechos como mujer, ganar más espacios laborales, avanzar académicamente, aprender a ser una mamá más tolerante y paciente, en general sentirme satisfecha conmigo misma.
Creo que cada día avanzo un poquito más por ejemplo en el campo marital, ya que tener una pareja y mantenerla implica mucho esfuerzo y voluntad.Sin embargo la convivencia se torna siempre compleja y hay cada día nuevos retos que asumir como esposa, nuevas decisiones que tomar como mujer y madre, nuevas situaciones que enfrentar para lograr la armonía familiar.
Tengo un esposo maravilloso,que me apoya en todo, que me adora, que adora a mi hija, y yo lo amo con todo mi corazón pero al mismo tiempo mi querido esposo tiene rasgos de una herencia familiar machista y eso implica una lucha diaria para hacerle entender varios puntos en los cuales él debe mejorar y yo apoyarlo.
No me puedo quejar, mi esposo lava, plancha, cocina, limpia ,hace las labores en la casa tanto como yo, y cuida a nuestra hija cuando llega del trabajo.Pero siempre hay que seguir abriendo camino en torno a las responsabilidades como padres que ambos tenemos,las funciones que ambos cumplimos en la casa, los espacios que debemos respetar el uno del otro, etc.; todo es una constante negociación y nuestro motor es el amor que sentimos el uno por el otro.
Creo que como mujer estoy satisfecha por mis logros hasta el día de hoy, pero soy consciente que debo seguir luchando para ganarme mi lugar como mujer en mi casa, en el trabajo, en el día a día, en esta sociedad peruana que tiene una mentalidad machista aún muy arraigada para mi gusto.
Recuerdo una vez que conversaba con una chica que recién conocía, era más joven que yo, y hablamos de su enamorado y de mi esposo y salió el tema de la playa, y yo le pregunté si usaba tanga y me dijo que no, que ropa de baño entera y cuando me iba a preguntar a mí sobre lo mismo hizo un comentario que me sorprendió:...y tú obviamente usas también ropa de baño entera, le respondí que no, y se horrorizó, y me volvió a preguntar:...pero si tienes esposo y una hija,cómo puedes usar bikini?y le respondí que por el hecho de estar casada y ser madre no se me podía negar el derecho de verme regia, además soy delgada,y puedo exhibir mis curvas,la chica se quedó muda, y al poco rato se alejó a otro grupo. En verdad me dió mucha risa su actitud, pero me hizo reflexionar acerca de que conozco más mujeres machistas que hombres machistas, que a las mujeres que somos madres y esposas nos encasillan en el rubro de las: no se arreglan, están subidas de peso, usan ropa de baño entera, son sumisas, no pueden ir a fiestas solas (sin sus esposos), no pueden tomar decisiones propias, no pueden hablar con otros hombres que no sean los amigos del esposo y un largo etcétera, y al menos en todo lo mencionado anteriormente no cumplo con ese perfil.
Siempre quise ser lo que soy ahora, una mujer multifacética, que puede trabajar sin descuidar a su familia, que ha estudiado una maestría con una hija pequeña a cuestas,que puede ser libre de decidir qué hacer con su cuerpo y cuántos hijos tener, que puede disfrutar de la vida plenamente sin preocuparse del qué dirán, que puede amar y tener la dicha de ser amada.
Creo que cada día avanzo un poquito más por ejemplo en el campo marital, ya que tener una pareja y mantenerla implica mucho esfuerzo y voluntad.Sin embargo la convivencia se torna siempre compleja y hay cada día nuevos retos que asumir como esposa, nuevas decisiones que tomar como mujer y madre, nuevas situaciones que enfrentar para lograr la armonía familiar.
Tengo un esposo maravilloso,que me apoya en todo, que me adora, que adora a mi hija, y yo lo amo con todo mi corazón pero al mismo tiempo mi querido esposo tiene rasgos de una herencia familiar machista y eso implica una lucha diaria para hacerle entender varios puntos en los cuales él debe mejorar y yo apoyarlo.
No me puedo quejar, mi esposo lava, plancha, cocina, limpia ,hace las labores en la casa tanto como yo, y cuida a nuestra hija cuando llega del trabajo.Pero siempre hay que seguir abriendo camino en torno a las responsabilidades como padres que ambos tenemos,las funciones que ambos cumplimos en la casa, los espacios que debemos respetar el uno del otro, etc.; todo es una constante negociación y nuestro motor es el amor que sentimos el uno por el otro.
Creo que como mujer estoy satisfecha por mis logros hasta el día de hoy, pero soy consciente que debo seguir luchando para ganarme mi lugar como mujer en mi casa, en el trabajo, en el día a día, en esta sociedad peruana que tiene una mentalidad machista aún muy arraigada para mi gusto.
Recuerdo una vez que conversaba con una chica que recién conocía, era más joven que yo, y hablamos de su enamorado y de mi esposo y salió el tema de la playa, y yo le pregunté si usaba tanga y me dijo que no, que ropa de baño entera y cuando me iba a preguntar a mí sobre lo mismo hizo un comentario que me sorprendió:...y tú obviamente usas también ropa de baño entera, le respondí que no, y se horrorizó, y me volvió a preguntar:...pero si tienes esposo y una hija,cómo puedes usar bikini?y le respondí que por el hecho de estar casada y ser madre no se me podía negar el derecho de verme regia, además soy delgada,y puedo exhibir mis curvas,la chica se quedó muda, y al poco rato se alejó a otro grupo. En verdad me dió mucha risa su actitud, pero me hizo reflexionar acerca de que conozco más mujeres machistas que hombres machistas, que a las mujeres que somos madres y esposas nos encasillan en el rubro de las: no se arreglan, están subidas de peso, usan ropa de baño entera, son sumisas, no pueden ir a fiestas solas (sin sus esposos), no pueden tomar decisiones propias, no pueden hablar con otros hombres que no sean los amigos del esposo y un largo etcétera, y al menos en todo lo mencionado anteriormente no cumplo con ese perfil.
Siempre quise ser lo que soy ahora, una mujer multifacética, que puede trabajar sin descuidar a su familia, que ha estudiado una maestría con una hija pequeña a cuestas,que puede ser libre de decidir qué hacer con su cuerpo y cuántos hijos tener, que puede disfrutar de la vida plenamente sin preocuparse del qué dirán, que puede amar y tener la dicha de ser amada.
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